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3 poemas para Navidad y fin de año

3 poemas para Navidad y fin de año | SlowTales

La Navidad y el cambio de año han sido una fuente inagotable de inspiración para los poetas. Más allá de las connotaciones religiosas, esta época evoca emociones universales como la nostalgia, la introspección y la esperanza. Hoy exploramos tres poemas que capturan el espíritu y las emociones de las fiestas.

1. El cultivo de los árboles de Navidad de T. S. Eliot

Este poema es un homenaje a la Navidad como un momento de conexión entre generaciones. Thomas Stearns Eliot reflexiona sobre cómo los recuerdos navideños de la infancia perduran y toman nuevos significados a lo largo de la vida. En un tono meditativo y melancólico, Eliot describe las capas de significado que se acumulan en la Navidad:

 

Hay muchas actitudes hacia la Navidad,

algunas de las cuales podemos desechar:

la social, la torpe, la abiertamente comercial,

la juerguista (los bares abiertos hasta medianoche)

y la pueril — que no es la del niño

para quien la vela es una estrella y el ángel dorado

que despliega sus alas en la cima del árbol

es no un simple adorno, sino un ángel.

 

El niño se embelesa ante el Árbol de Navidad:

dejadle conservar ese espíritu de admiración

ante la Fiesta en cuanto evento no aceptado como pretexto;

de modo que el arrebato centelleante, la maravilla

del primer Árbol de Navidad recordado,

de modo que las sorpresas, el deleite en nuevas posesiones

(cada cual con su peculiar y emocionante olor),

la expectativa del ganso o del pavo

y el esperado sobrecogimiento ante su aparición,

 

de modo que la reverencia y la alegría

no lleguen a olvidarse en la experiencia posterior,

en el aburrido acostumbramiento, la fatiga, el tedio,

la certeza de la muerte, la conciencia del fracaso,

o en la piedad del converso,

que puede estar teñida de arrogancia

desagradable a Dios e irrespetuosa hacia los niños

(y aquí recuerdo también con gratitud

a santa Lucía, su canción y su corona de fuego):

 

de modo que antes del fin, la octogésima Navidad

(entendiendo por “octogésima” la última),

los recuerdos acumulados de la emoción anual

puedan concentrarse en un gran gozo

que será también un gran temor, como en la ocasión

en que el temor desciende a cada alma:

porque el principio nos rememorará el final

y la primera venida, la segunda venida.

 

Eliot nos lleva a meditar sobre cómo la Navidad es un hilo que une nuestro presente con los recuerdos del pasado y las esperanzas del futuro. Nos invita a conservar ese espíritu de admiración, evitando que el tedio o el acostumbramiento lo desgasten con los años.

 

2. Navidad de José Saramago

José Saramago, conocido por su prosa crítica y filosófica, adopta un enfoque completamente distinto. En este poema, el autor portugués rompe con las idealizaciones de la Navidad para ofrecernos una mirada desilusionada y cruda:

 

Navidad.

Ni aquí ni ahora. Vana promesa.

De otro calor y nuevo descubrimiento

Se deshace bajo la hora que anochece.

¿Brillan las luces en el cielo? Siempre brillaron.

De esa vieja ilusión desengañémonos:

Es día de Navidad. No pasa nada.

 

Este poema es un recordatorio de que no todos viven la Navidad desde la alegría o la conexión. Para Saramago, esta fecha es una ocasión para cuestionar las falsas promesas y enfrentarse a una realidad que, muchas veces, no cambia.

 

3. Happy New Year de Julio Cortázar

El gran maestro del realismo mágico nos ofrece un poema sobre el fin de año que gira en torno a la intimidad y la necesidad de conexión. Julio Cortázar, en su estilo característico, mezcla ternura y juego para expresar su deseo de cerrar el año con alguien querido:

 

Mira, no pido mucho,

solamente tu mano, tenerla

como un sapito que duerme así contento.

Necesito esa puerta que me dabas

para entrar a tu mundo, ese trocito

de azúcar verde, de redondo alegre.

¿No me prestas tu mano en esta noche

de fin de año de lechuzas roncas?

No puedes, por razones técnicas. Entonces

la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,

el durazno sedoso de la palma

y el dorso, ese país de azules árboles.

Así la tomo y la sostengo, como

si de ello dependiera

muchísimo del mundo,

la sucesión de las cuatro estaciones,

el canto de los gallos, el amor de los hombres.

 

En este poema, Cortázar capta la melancolía y la belleza de despedir el año, recordándonos que las fechas significativas son un reflejo de nuestros vínculos más profundos.

***

Estos tres poemas muestran cómo la literatura puede abordar las festividades desde perspectivas tan diversas como la conexión, la crítica y la intimidad. ¿Cuál de ellos resuena más contigo en estas fechas? La poesía, como la Navidad y el cambio de año, nos invita a reflexionar y sentir.

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