Escribir una novela es una aventura creativa que exige constancia, tiempo y método. Si quieres terminar tu manuscrito antes de fin de año, es imprescindible que definas un plan sólido. No se trata de escribir más rápido, sino de organizar mejor cada fase: desde la estructura inicial hasta la revisión final.
En esta guía encontrarás un plan de acción detallado para escritores, con estrategias probadas que te ayudarán a mantener el ritmo, evitar bloqueos y alcanzar tu objetivo antes de diciembre.
Contenido:
ToggleDefine un objetivo alcanzable
El primer paso para planificar tu novela es saber exactamente qué quieres lograr. Antes de abrir tu documento, dedica tiempo a concretar tres aspectos clave:
- Estado actual del proyecto: ¿empiezas desde cero o ya tienes material escrito?
- Meta final: ¿quieres un borrador completo, una versión revisada o una novela lista para enviar a editoriales?
- Tiempo disponible: calcula cuántas horas puedes dedicar a la escritura cada semana.
Los objetivos claros evitan la frustración. Si no puedes comprometerte con 80.000 palabras, planifica 40.000, pero asegúrate de cumplirlas.
Organiza tu calendario de escritura
Con un plazo límite, la planificación se vuelve más sencilla. Si quieres acabar tu novela en diciembre y empiezas en septiembre, cuentas con unas 16 semanas.
Divide el proyecto en fases:
- Planificación inicial y esquema: 1 a 2 semanas.
- Redacción del borrador: 10 a 12 semanas.
- Primera revisión: 2 a 3 semanas.
Por ejemplo, si tu objetivo es escribir 75.000 palabras, necesitarás unas 4.700 palabras semanales o 670 diarias. Ajusta el número según tu ritmo real: es mejor avanzar despacio que abandonar.
Elige una estructura narrativa clara
La improvisación puede funcionar en relatos cortos, pero una novela requiere una hoja de ruta. Existen varios métodos para estructurar la trama:
- Tres actos: planteamiento, desarrollo y desenlace.
- El viaje del héroe: perfecto para novelas de aventuras y fantasía.
- Snowflake Method: parte de una frase resumen y amplía hasta definir capítulos.
- Fichas de escenas: anota cada momento clave en tarjetas para reorganizarlas fácilmente.
Dedica tiempo a trazar un esquema visual con capítulos, puntos de giro y evolución de personajes. Esta guía no te encadena: te orienta.
Desarrolla personajes con profundidad
Los personajes son el corazón de tu novela. Antes de escribir, define sus motivaciones, conflictos y evolución.
Aspectos a trabajar:
- Objetivos y deseos: qué persiguen.
- Conflictos internos y externos: obstáculos personales y del entorno.
- Transformación narrativa: cómo cambian del inicio al final.
Crear fichas de personajes con detalles relevantes te permitirá mantener la coherencia a lo largo de toda la historia.
Diseña un plan de escritura realista
La clave para terminar tu manuscrito está en la constancia. Crea una rutina que se adapte a tu vida diaria:
- Fija un horario específico para escribir, aunque sean 30 minutos al día.
- Elige un entorno libre de distracciones para concentrarte.
- Define metas medibles: palabras por día, escenas por semana o capítulos por mes.
- Lleva un registro de avances: anota lo que escribes y celebra cada hito.
No corrijas mientras escribes. El primer borrador es para crear, la revisión vendrá después.
Evita y supera bloqueos creativos
En algún momento aparecerán. La diferencia está en cómo los gestionas:
- Cambia de escena o personaje para no detener el flujo.
- Relee capítulos anteriores para recuperar el hilo narrativo.
- Crea mapas mentales o esquemas visuales del conflicto central.
- Permítete escribir “mal” en el primer borrador: avanzar es más importante que pulir.
Incluye la revisión en tu plan desde el principio
La revisión no es un extra, es parte esencial del proceso. Reserva al menos dos semanas para la primera pasada:
- Primera lectura: corrige incoherencias, errores de continuidad y tramas inconclusas.
- Segunda revisión: afina diálogos, ritmo narrativo y descripciones.
- Lectura en voz alta: detecta frases forzadas y repeticiones.
Si puedes, deja reposar tu manuscrito una o dos semanas antes de revisarlo: ganarás perspectiva.
Mantén tu motivación alta durante todo el proceso
Terminar una novela requiere resistencia. Para no abandonar a mitad de camino:
- Divide la meta final en pequeños logros: cada capítulo cerrado es un avance real.
- Crea un sistema de recompensas para celebrar hitos importantes.
- Rodéate de comunidad: compartir avances con otros escritores puede ser inspirador.
- Recuerda tu propósito: ten presente por qué empezaste este proyecto.
Ajusta tu estrategia cada mes
La planificación no es rígida. Cada cuatro semanas revisa tu progreso y adapta tu plan:
- ¿Estás cumpliendo tus objetivos de palabras?
- ¿La estructura de la historia sigue funcionando?
- ¿Necesitas redistribuir tiempo entre escritura y revisión?
Esta flexibilidad te permitirá llegar a diciembre con un manuscrito sólido y completo.
Un último impulso antes de escribir
Planificar tu novela no es poner límites a tu creatividad, sino darle un marco para crecer. Un calendario realista, personajes bien definidos y un plan claro para cada fase te permitirán llegar a diciembre con un borrador terminado y coherente.
La disciplina no compite con la inspiración: la sostiene. Cuanto más organizado esté tu proceso, más libertad tendrás para dejar que la historia fluya.